Aunque parezca mentira, llegó el último Seminario de la asignatura ETICs.
En dicho seminario, se presento a través de un PowerPoint el trabajo de investigación, que durante tanto tiempo realizamos, y cuyo esfuerzo fue considerable, teniendo en cuenta todo los imprevisto y dificultades que tuvimos en su elaboración.
Realizamos el estudio en 63 pacientes de la unidad de infecciosos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y obtuvimos resultados más positivos de lo esperado.
Nuestro proyecto de investigación tenía como uno de los objetivos principales: conocer la calidad de vida que tienen los pacientes con VIH, y los resultados obtenido han sido sorprendentemente positivos. Un 80,95% de los pacientes entrevistados cree que la calidad de vida de este tipo de pacientes ha mejorado desde que el VIH comenzó a ser una enfermedad con una amplia epidemiología. Esta sensación de positividad en los resultados se ve reforzada debido a que para el 50% de ellos el tratamiento nunca ha sido un impedimento para su vida, seguido de un 19,35% que responden que casi nunca lo ha sido, sumando un 79,35%, aunque si que alguno de ellos en el espacio libre que les cedimos para que nos expresaran algo negativo de la enfermedad nos comentaron que a veces se hacía complicado seguir el tratamientodiariamente como cualquier tratamiento para una enfermedad crónica. Sin embargo el 49,21% nunca ha padecido efectos secundarios por el tratamiento. Esto no lleva a pensar que el tratamiento aporta una calidad de vida bastante buena.
Otro de nuestros objetivos principales era determinar las causas de contagio por el
virus del VIH. Según lo obtenido en nuestros resultados el 82’54% eran hombres, frente a un 17’46% de mujeres, de los cuales en su mayoría los hombres eran homosexuales (71,2%), por el contrario el 100% de las mujeres eran heterosexuales.
Por lo tanto, ésto junto con que haya una significativa mayoría de los contagios de tipo
transmisión sexual, podríamos decir que el colectivo masculino homosexual son el grupo con mayor riesgo por transmisión sexual. El resto de tipos de transmisión tienen porcentajes apenas notables, pero si que cabe destacar que en los resultados coindice que las personas contagiadas por jeringuillas lo hicieron alrededor de 1980, lo cual
podemos relacionar con la alta tasa de consumo de drogas parenterales en la época.
Dentro de nuestros objetivos específicos abarcábamos el apoyo por parte de la familia
amigos y entorno cercano en general. Hemos obtenido que en el 49, 21% de ellos
nunca ha habido una disminución de sus actividades sociales, lo cual podemos relacionar con que haya un 63,49% que dicen que entre siempre y casi siempre han sentido pleno apoyo por parte de su familia y amigos. En el ámbito laboral para un 58,73% nunca ha sido un impedimento padecer la enfermedad. A su vez, un 90,95% se han sentido apoyados por el personal sanitario y un 70,97% cree que fue correctamente informado tras el diagnóstico, puntos muy importantes que van marcar la forma de aceptar y afrontar la enfermedad de los pacientes.
Esta serie de datos nos llevan a pensar que cada vez más los estigmas relacionados con esta enfermedad se están superando, gracias a que se conoce más sobre ella y la gente en general va entendiendo que las personas infectadas pueden llevar una vida totalmente normal, sin ningún tipo de riesgo de contagiar a los demás si su enfermedad está controlada.
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